Una maniobra correcta comienza mucho antes del movimiento de la grúa
En la construcción y la industria aún existe una idea muy común: pensar que una grúa funciona como un servicio “on call”, casi como un taxi. Pero en la práctica profesional —y según normas como OSHA, ASME B30.5 e ISO 12480-1— esto no podría estar más lejos de la realidad.
Una maniobra correcta comienza mucho antes del movimiento de la grúa.
La seguridad y la eficiencia se construyen en la planificación previa, no en la improvisación. Antes de que un operador siquiera suba al equipo, ya se han realizado análisis, verificaciones y coordinaciones que garantizan que la maniobra pueda ejecutarse sin riesgos innecesarios.
Entender la tarea antes de hablar de la grúa
Todo inicia con una pregunta clave: ¿qué se va a izar y bajo qué condiciones?
No basta con saber el peso. Se analiza:
Tipo de carga
Dimensiones reales
Recorrido de la maniobra
Interferencias y riesgos del entorno
Espacio disponible para posicionar la grúa
Empresas líderes como Mammoet o Sarens trabajan exactamente así: primero ingeniería, luego grúa. Esta filosofía es la que permite que los izajes complejos se resuelvan sin improvisar.
Planificación del izaje
Con la información clara, inicia la fase técnica. Aquí se determina qué grúa utilizar y con qué configuración. Esto incluye:
Modelo y capacidad
Longitud de pluma
Uso de plumines
Cantidad de contrapesos
Extensión de estabilizadores
Estas decisiones se toman mediante tablas de carga, que fabricantes como Tadano y Liebherr explican como la base de toda operación segura.
Luego viene la simulación: herramientas como Crane Planner 2.0 permiten visualizar la maniobra antes de llegar al sitio, detectar obstáculos y ajustar radios o configuraciones.
De esta etapa nace el plan de izaje, un documento claro que describe la maniobra, los roles, la comunicación y las condiciones de seguridad necesarias para ejecutarla.
El factor humano
Una operación segura depende tanto de las personas como del equipo. Antes de empezar, se definen roles como:
Director de izaje
Operador certificado
Rigger o eslingador
Señalero
También se revisa:
Certificación de la grúa
Vigencia de inspecciones
Estado de eslingas, grilletes y accesorios
Permisos o requerimientos del cliente
Sin este paso, un izaje arranca con desventaja. Con él, arranca con claridad.
Preparación en sitio
La grúa llega a obra, pero la maniobra aún no empieza. Primero se realizan:
Inspección pre-operacional
Se revisan cables, pluma, estabilizadores, sensores, fugas, señales visuales y cualquier anomalía. Si algo no está bien, no se opera hasta corregirlo.
Posicionamiento y configuración
La grúa se ubica en el punto planificado, se nivelan los estabilizadores y se colocan los contrapesos. Todo debe coincidir con lo diseñado en la etapa de planificación.
Revisión del aparejo
El rigger confirma que las eslingas y accesorios están en buen estado, son los correctos y tienen capacidad certificada.
Reunión previa
Se repasan señales, funciones, zonas de exclusión, posibles riesgos y criterios para detener la maniobra si las condiciones cambian.
Solo después de esto, recién ahí, la grúa está lista para operar.
Programar con anticipación permite:
Asignar la grúa correcta
Llevar un operador que ya conoce la maniobra
Preparar el equipo adecuado
Ejecutar con seguridad y eficiencia
La diferencia entre un izaje improvisado y uno planificado se nota en el resultado… y en el riesgo evitado.
Una maniobra correcta comienza mucho antes del movimiento de la grúa. Comienza en el análisis de la carga, la ingeniería del plan, la preparación del equipo y la coordinación del personal.
Por eso, si tu proyecto requiere precisión, seguridad y buenos resultados, la mejor decisión no es pedir una grúa “urgente”, sino programar un izaje profesional.
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